Castiello de Jaca: crónica de un desastre anunciado

Es domigo 21 de octubre de 2012. Hace un día aproximadamente el río Aragón se ha llevado por delante dos casas en la urbanización El Molino de Castiello de Jaca (Huesca, España) y ha dejado otra más, como mínimo, para la piqueta… Me cuesta escribir con la cabeza fría, porque llevo mis 41 años subiendo a Castiello a casa de mi abuela y porque mis padres tienen una casa en esa urbanización y, aunque los vecinos nos cuentan que probablemente no haya sufrido daños, todavía no sabemos cómo está.
Ahora la frase del momento es: “¿Pero cómo ha podido ocurrir esto?”. La frase de siempre, la que más se dice en este país… La frase del vamos-a-hacer-lo-primero-que-se-nos-ocurra y ya tendremos tiempo de lamentarnos después.
La urbanización El Molino de Castiello toma su nombre del antiguo molino del pueblo, que era la casa alargada que os señalo en la foto. De niño entré muchas veces, porque en esa casa vivía una familia y yo era amigo de las hijas, de mi misma edad, y pude ver la maquinaria ya abandonada. ¿A alguien se le ocurre por qué estaba ahí el molino? Por la cercanía del río, del cual tomaba el agua mediante una acequia que iba a parar a una alberca. ¿Sabéis que la alberca estaba situada más o menos en el mismo lugar que las casas que se han venido abajo con la riada?

El rectángulo rojo marca la ubicación del antiguo molino de Castiello de Jaca. (Foto original de Nevasport.com)

Es más, por detrás de esas casas, pegado a ellas, hay un antiguo cauce abandonado del río Aragón… De hecho, los jardines de esas casas ya habían sido arrastrados por el río hace seis años por otra crecida, aunque no tan fuerte como ésta. Y es por ese cauce antiguo por donde ha tirado recto el río en esta ocasión; la Naturaleza, como ya ocurrió con el desastre del camping de Biescas hace unos años, ha reclamado lo que era suyo, lo que siempre había sido suyo.
Recuerdo perfectamente que en la curva de la carretera desde la que están grabando las imágenes para todos los informativos (donde están los coches aparcados) había habido siempre un cartel indicador de la Confederación Hidrográfica del Ebro en el que se advertía que desde ese punto (desde la mismísima carretera) se entraba en el cauce del río. Un buen día el cartel desapareció y se construyó una urbanización en esa zona, que siempre había estado señalizada como cauce del Aragón y, pasmaos, había proyectada otra de Urbis entre las casas que se han venido abajo y el río, pero llegó la crisis y no se llegó a construir. No quiero ni pensar cuántas casas se hubiese llevado el río ayer si esa otra urbanización llega a estar construida.
Ahora debería tocar (y digo “debería” porque estoy seguro de que no va a pasar absolutamente nada…) pedir responsabilidades a todos los que permitieron que se construyese en el punto donde las casas se han venido abajo: la que entonces era alcaldesa de Castiello de Jaca, el técnico de la CHE o del Gobierno de Aragón que permitió la recalificación de esa zona de cauce del río como terreno urbanizable, la constructora… Pero, volviendo al ejemplo de Biescas: allí se desvió un barranco para hacer un camping en su antiguo cono de deyección y, tras la terrible catástrofe que causó la pérdida de tantas vidas, la justicia decidió que no había responsables; por eso estoy seguro de que en Castiello, donde al fin y al cabo ha ocurrido bastante menos de lo que pasó en Biescas, todos los culpables del desastre se van a ir “de rositas”.

En esta comparativa de fotos de http://www.facebook.com/pages/Ecoter/271958319552556 que ha compartido mi amigo Ricardo Gracia en su muro de Facebook se ve cómo era la zona antes de que se construyese la urbanización, y cómo había un cauce seco que pasaba al pie de donde se construyeron las casas que ha arrastrado el agua. El río ha seguido un cauce que ya estaba hecho, desde siempre, el que iba al pie del molino de Castiello.
Y esta otra foto que se ha encontrado por Internet una compañera de trabajo de mi mujer, es para nota: las líneas rojas dibujan el proyecto de urbanización de todo el cauce del río. Fijaos hasta dónde se pretendía construir.