Un escarabajo que mira las estrellas

Un estudio llevado a cabo por científicos suecos y surafricanos ha demostrado que los escarabajos peloteros saben orientarse con la luz de las estrellas. (Foto: Agencia SINC)
Esta semana pasada ví una noticia en la web de Agencia SINC (clic aquí), una página muy recomendable si os interesan los temas científicos y culturales, que me pareció perfecta como idea para un post. Resulta que los escarabajos peloteros de la especie Scarabaeus satyrus, surafricanos ellos, son capaces de orientarse durante la noche con la luz de la Vía Láctea y, de esta forma, transportar sus bolas de estiércol en línea recta hasta donde quieren llegar. Es la primera vez que se ha comprobado que un insecto se orienta con las estrellas, capacidad que ya se sabía que teníamos las aves y las personas.
Me imagino al esforzado Sr. Pelotero empujando una bola de estiércol de hasta 200 veces su peso por la oscura pradera, siguiendo las estrellas como un rey mago, hasta encontrar a su amada Sra. Pelotera y entregarle lo que será el alimento de sus futuros escarabajitos. Y rezando todo lo que sabe para que no pase una nube que le apague el "GPS", ¡qué tensión...!
La verdad es que últimamente los "bichos" están mostrando facultades que sorprenden: los escarabajos peloteros son pequeños astrónomos de seis patas, los escarabajos de la harina saben contar... Aunque estos últimos sólo emplean su capacidad matemática para controlar a los competidores que tienen a la hora de copular con una hembra (clic aquí); ¿por qué seremos tan "básicos" los machos de todas las especies?
Hablando en serio, es alucinante lo que consiguen hacer algunos animales a los que llamamos "inferiores" (por cierto, es curioso que llamemos así a todos aquellos que no son capaces de entender y obedecer nuestras órdenes, esto os lo digo para que lo meditéis...). El insecto que más me alucina es la mariposa monarca y su fantástica migración anual: ¿cómo es posible que la Danaus plexippus, un animal que no pesa ni un gramo, sea capaz de volar 5.000 km entre California y México todos los años en otoño y regresar en primavera? Pero aunque la sola cifra de la distancia que recorren sea para dejarnos con la boca abierta, aún hay cuestiones más sorprendentes alrededor de esta migración: por alguna razón, sólo las mariposas que nacen en California entre finales de verano y principios de otoño tienen la capacidad de resistir el largo vuelo, viajar hasta México y regresar la siguiente primavera; durante el verano californiano nacen y mueren varias generaciones que nunca migrarán. Y además, aunque las mariposas que llegan a México no son nunca las mismas que se marcharon, vuelven a las mismas áreas e incluso los mismos árboles que ocuparon sus progenitores durante la temporada anterior... ¿cómo saben a dónde tienen que ir?
Visto lo visto, el día menos pensado descubriremos en cualquier parque natural español una especie de abejorro autóctono (Barcenus rajoiensis, pongamos por caso) que recogerá gotitas de miel fuera de la colmena y se las hará llegar a escondidillas a la abeja reina y a los zánganos de su guardia personal (ejem...). ¡Hasta la semana que viene!

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