Doble esfuerzo para salvar a la margaritona en Aragón

Ejemplar joven de margaritona. Cada vez son menos abundantes porque no se pueden reproducir de forma natural, lo habitual es encontrar ejemplares mucho más viejos. (Foto: prensa DGA)

La margaritona (Margaritifera auricularia) es un molusco bivalvo de agua dulce, osea, una almeja de río, que durante las últimas décadas ha pasado de ser relativamente abundante (mi abuelo contaba que incluso las había comido de joven, aunque no le habían gustado mucho…) a estar al borde de la extinción. Hace ya años que no se encuentran ejemplares juveniles ni en los cursos de agua naturales ni en los artificiales, como el Canal Imperial de Aragón, donde era muy frecuente.
El problema de que las margaritonas no logren reproducirse de forma natural depende de muchos factores: alteración, destrucción o contaminación de su hábitat; alteraciones de los cursos de agua con embalses, presas o canalizaciones; dragado o pavimentación de los canales de regadío donde está presente, etc. Además, para completar su ciclo vital necesita de un huésped donde desarrollarse cuando es una larva (denominada gloquidio) y la ausencia de los huéspedes adecuados y en la cantidad suficiente es también determinante para que la reproducción de este molusco endémico de ríos y balsas en Aragón no se esté completando. Estos gloquidios se empiezan a desarrollar en las branquias del pez fraile (Salaria fluviatilis) durante un periodo de dos meses, hasta que alcanzan el estadio de pequeños juveniles; entonces se desprenden para caer al fondo del cauce y se entierran en él durante varios meses más, para acabar emergiendo parcialmente como margaritonas adultas.
Así, las dos acciones simultáneas que se han puesto en marcha durante esta primavera en Aragón van encaminadas a conseguir que las larvas encuentren huéspedes donde comenzar su vida. Hay dos candidatos: uno que ya sabemos que funciona, el pez fraile o blenio de río, con el cual se han logrado buenos resultados en cautividad; otro que se va a probar como huésped, el esturión (Acipenser baeri), en un estudio que se va a realizar en el Acuario de Zaragoza.
Pez fraile o blenio de río, hospedador natural de las larvas de margaritona, los gloquidios. (Foto: Joaquín Guerrero)

Suelta de 300 peces fraile en las balsas del Parque del Agua Luis Buñuel

El pez fraile también está en peligro de extinción… Por eso, seguramente, las larvas de margaritona no se encuentran con ninguno en el medio natural y acaban muriendo sin poder seguir su desarrollo hasta molusco adulto. Así que lo primero es conseguir una población suficiente de estos peces en libertad como para que se pueda completar el ciclo vital de las margaritonas de forma natural, y por eso se están reproduciendo en cautividad desde 2014.
Dentro de este plan de conservación del pez fraile, base para conseguir que M. auricularia sobreviva, se han liberado recientemente 300 ejemplares de blenio en varias balsas de acceso restringido del Parque del Agua Luis Buñuel de Zaragoza. Estos animales proceden de balsas del galacho de la Alfranca y el objetivo es conseguir una masa crítica suficiente de estos peces para que puedan ser infectados de forma dirigida por larvas de margaritona y después liberados en cursos de agua dulce y balsas naturales, donde se complete el ciclo vital del molusco y los peces fraile sigan reproduciéndose e incrementando su número.
Suelta de 300 ejemplares de pez fraile en balsas del Parque del Agua Luis Buñuel, en Zaragoza. (Foto: Eduardo Viñuales)

Búsqueda de un huésped alternativo para la margaritona: el esturión

El Aquario de Zaragoza colabora con el Gobierno de Aragón en una serie de proyectos dirigidos a conservación de especies fluviales en peligro de extinción, control de especies exóticas invasoras (como la tortuga de Florida) y labores de educación medioambiental.
En 2016 se ha comenzado un nuevo proyecto para la conservación de la margaritona, que consiste en la infestación de esturiones con gloquidios. Aunque el blenio es el hospedador natural de las larvas del molusco, como ya he comentado antes, la capacidad de las branquias de este espécimen es limitada y dada la situación de emergencia que vive la especie, se ha elegido el esturión, de mayor tamaño, como animal experimental para conseguir mayores tasas de reproducción de la margaritona.

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